viernes, 21 de diciembre de 2012

Oiga, usted, ¿celebramos la Navidad?


Las relaciones interpersonales suponen en todo momento una necesidad del ser humano, y le ayuda a ser feliz, o al menos a sobrellevar mejor las cargas de la rutina y los esfuerzos que la vida en sociedad les obliga a tener. Una tristeza compartida parece menos tristeza, una alegría compartida se multiplica por el número que las personas que la comparten, una preocupación compartida se hace más llevadera,... Cualquier momento compartido es siempre un mejor momento. Por ese motivo yo siempre apoyo y aplaudo cualquier iniciativa que suponga que la gente se reúna, se hable, se toque, se sienta y que, en definitiva, comparta. Y la Navidad es una de ellas, porque además conlleva el agrupamiento de elementos familiares en ocasiones distantes unos de otros precisamente por esos esfuerzos rutinarios que hablaba al principio, no ya tanto en la distancia geográfica como en la del espacio-tiempo. La humanidad va ganando terreno a las distancias geográficas con artilugios cada vez más rápidos, pero sin embargo pierde la batalla en el día a día para encontrar ese instante en el que es posible llegar a tocarse y hablarse mirándose a los ojos, sonriendo o con mueca de preocupación. A veces un amigo, un hermano, un nieto, un primo,... puede encontrarse igual de lejos en la distancia geográfica que en la del espacio-tiempo estando a cientos de kilómetros de distancia que estando a la vuelta de la esquina, provocado todo por el colapso rutinario de la falta de tiempo.

Pero esto que nos legaron como "Navidad"  rompe la rutina en pedazos y nos trae la posibilidad de gestionar nuestra vida durante unas semanas, y sobre todo recuperar, aunque solo sea por inercia o por tradición, la posibilidad de recurrir al encuentro con la familia, con toda la familia, con cualquier tipo de familia (repito: todo tipo de familia) con sus encuentros o desencuentros, para reunirnos y hablar,... y compartir.

Una familia más. ¿Por qué no?

Ese tiempo que denominamos Navidad-Añonuevo-Reyes en el que los colegios están cerrados, las fábricas haciendo inventario y cerrando el ejercicio contable, los horarios laborales cambiando (para bien unos y otros para peor), en que la gente del barrio se cruza deseándose algo bueno, sea la que sea la frase que se use, en que las casas se adornan de colores y guirnaldas de dudoso gusto (para mí, no hay nada más hortera que la decoración navideña, pero eso es cosa de gustos) Ese tiempo, como digo, no deja de ser especial y cercano, y por ese motivo lo aplaudo.

Pero el fin no justifica los medios.

Es ahora, y no antes, cuando nos acordamos de ellos...


...como si ellos (sí; no usted ni yo, sino ellos) necesitaran de nosotros (sí;... de nosotros) solo en época navideña. A todo el mundo se le emblandece el corazón cuando ve a alguien así ahora, y alguno que otro no lo hace igual en el mes de abril o en el de septiembre, o en el paseo marítimo de cualquier playa, o en la portada de la feria o en la puerta de una iglesia donde a diario pasa el organizador del belén navideño de la parroquia, sin inmutarse, o igual sí.

Y en estas fechas nos aparecen los famosos por televisión, con cara de buena gente, apoyando una campaña para que compremos un bolígrafo o un pompero solidario a cambio de un euro mientras sus fortunas se pueden estar escondiendo en paraísos fiscales (Miami, Andorra, Seychelles, Luxemburgo, Suiza, Liechtenstein,...) libres de aportación a la sociedad, cargando sobre nuestra conciencia cuando la solución está en los gobiernos del mundo y de los que realmente gobiernan a esos gobiernos del mundo y que todos sabemos quienes son.

No es que esté yo en contra de esas campañas, ni mucho menos, ya que ayudan a las personas a sentirse bien ante el prójimo, pero no dejan de ser limosnas frente a una realidad cruda y cruel. ¿Donativo? ¿Cómo que donativo? Lo que el Tercer Mundo necesita no son donativos porque están en el mismo derecho que todos a tener acceso a los recursos naturales y sociales de cualquier otro lugar del mundo. Toda persona de este mundo tiene el derecho a la alimentación, la vivienda, la educación y la sanidad, y esto sí que es algo sagrado.

Oiga, usted, ¿celebramos la Navidad?
No deja de ser paradójico... ¡qué digo!... ¡vergonzante!, que celebremos con comilonas y gastos superfluos e inútiles el nacimiento de un niño hace más de 2000 años y olvidemos que cada año mueren en nuestro entorno millones de niños por falta de alimentos.

http://www.canalsolidario.org/noticia/la-desnutricion-provoca-mas-de-la-mitad-de-las-muertes-infantiles/23379

¡Celebramos tu natividad, por supuesto!
Posiblemente parezca querer "cortar el rollo" poniendo estas imágenes y elaborando este texto, pero en realidad no lo deseo. Simplemente quiero hacer reflexionar a las personas que estáis leyendo ahora, para que saquéis vuestras conclusiones. Quizás el mundo se acabe dentro de un rato, o quizás simplemente sea el comienzo de empezar a valorar lo que realmente importa, y que los grandes almacenes se encuentren tan vacíos de personas como los estómagos de los millones de niños que el día 24 de diciembre se acostarán preguntándose si al día siguiente volverán a sentir el calor de los rayos de sol en su piel. Un sol, hoy invicto, que generosamente da su luz y energía a todos los seres vivos de este planeta sin distinción ninguna.

Feliz Deus Sol Invictus.

Felices fiestas.

Feliz Navidad.



sábado, 10 de noviembre de 2012

Mezquita versus Catedral

Nave central de la Mezquita. Al fondo el Mirhab
Al hilo de mi visita semanal a los blogs de mis amigos, en el llamado "Supersticiones" de Manuel Harazem, (http://manuelharazem.blogspot.com.es/2012/11/hubiera-sobrevivido-la-mezquita-sin-la.html) me encontré con una entrada suya sobre la relación amor-odio por la existencia de una Catedral cristiana en el centro de una Mezquita islámica,  y surge, como así titula su entrada Harazem, la pregunta del millón: ¿Habría sobrevivido la Mezquita de Córdoba el paso de los siglos sin la existencia de una Catedral cristiana dentro de ella?

La pregunta jamás tendrá una respuesta cierta, y solo puede estar basada en especulaciones más o menos lógicas, más o menos justificadas, o simplemente fantasiosas. El período que abarca desde el domingo, 29 de junio del año 1236, en el que el Obispo de Osma consagra la Mezquita de Córdoba, acompañado del Rey Fernando III de Castilla, hasta hoy, ha pasado la friolera de 775 años, 10 meses y 10 días. Tiempo suficiente como para que los distintos momentos ideológicos, económicos y culturales hubieran influido en el edificio que hoy disfrutamos de maneras hoy impredecibles.

Antes de continuar con esta lectura recomiendo leer primero el artículo del blog "Supersticiones", cuyo enlace encabeza este texto, pues, aparte de las interesantes notas y conclusiones que aporta, esta entrada va a servirse de él para confirmarlas o rebatirlas.

Arcos de medio punto y de herradura en la Mezquita-Alhama 
Pocos imaginaban allá por el siglo VIII que alguien tuviera la ocurrencia arquitectónica de dar luz, color y esbeltez a una construcción usando una doble arcada, de herradura en la parte inferior y de medio punto en la superior, derivando los pesos hacia cimacios de modillones que lo redireccionan a la columna. Sobre cada tramo de nave, un acueducto evacua el agua de las cubiertas hacia el exterior. Aquello fue un ingenio único en su tiempo, adelantándose en más de tres siglos a los arquitectos góticos. Todo aquel que entraba en la Mezquita-Aljama y veía los arcos de dovelas rojiblancas pensaba que aquella construcción no resistiría y se vendría abajo en cualquier momento. Pero eso nunca ocurrió. Es más, aún hoy sigue en pie, desafiando terremotos, lluvias torrenciales, cambios bruscos de temperatura o agresiones de distinta índole.

Hoy nos hemos acostumbrado tanto a verla que se nos hace imposible pensar y asumir lo que supuso en su tiempo. Aquella maravilla que nos idearon y construyeron los arquitectos del emir Abderrahman, primer emir independiente de Al-ándalus, fue de tal magnitud que los gobernantes más inmediatos entendieron que habría que mantener para las futuras generaciones.

Mirhab
¿Habría sido suficiente esa importancia artística, arquitectónica y monumental para mantener el edificio intacto a lo largo de los siglos venideros?

La Iglesia Católica no lo quiso entender así. La lucha entre el significante y el significado provocó encontronazos basados en moralidades dignas del Señor y opiniones excomunionantes que acechaban, cual hiena carcajeante la base de la religiosidad.

Maqsura
El Cabildo Civil de la ciudad de Córdoba (algo así como el Ayuntamiento de hoy) prohibió que nadie tocara la Mezquita bajo amenaza de cortar sus manos y sufrir atroces represalias. Todo fue en balde. Con la Iglesia y la Realeza hemos "topao".

El Rey Alfonso XI promueve la edificación de la Capilla Real para su enterramiento, hoy lamentablemente cerrada, con una decoración nazarí de la misma fecha de la siempre deslumbrante Alhambra de Granada.

Capilla Real
Luego, la Reina Isabel "La Iluminada", esposa de Fernando... "El Promiscuo" (por no decir otra cosa), accede a la presión católica para romper la armonía arquitectónica de la Mezquita y permite arcos apuntados y espacios diáfanos en la parte que el segundo Abderrahman hizo construir originalmente, cargándose toda su obra más occidental. Y cargándose también la oposición que hizo el Corregidor Luis de la Cerda, que pretendía mantener el edificio intacto para futuras generaciones. Se ganó la excomunión, que es lo mismo que declararle a uno hoy insolvente o un "simpapeles", por inmiscuirse en asuntos de Estado.

Y una vez abierta la brecha por los catolicísimos reyes de Castilla y Aragón, las filtraciones fueron imparables, y el sótano musulmán se colmó de agua bendita hasta la saciedad. Agua que, sin huesos, penetró en los recovecos de los muros asogatizonados, sin remedio.

Cúpula, crucero y cabecera de la Catedral de Córdoba (Hernán Ruíz y Juan de Ochoa, S.XVI)
Coro de la Catedral de Córdoba (Pedro D. Cornejo XVIII) uno de los mejores de España.
Tumba del Cardenal Salazar (Siglo XVIII) en la capilla de su nombre (muro de la Qibla)
Custodia del Sacramento (Enrique de Arfe, S.XVI) Joya cordobesa.
Después de este breve, brevísimo, repaso histórico-artístico a la Mezquita-Aljama de Córdoba, hoy usada como Catedral católica, cabe volver a la pregunta inicial que muchos de los que la visitan, o no, se hacen: ¿Habría sobrevivido si no fuera por la impronta católica en su interior?

Voy a mojarme, con todas sus consecuencias, y voy a decir que NO.

Si nuestro Corregidor Luis de la Cerda (cuyo nombre da hoy a la calle que parte de la que da al muro de la qibla de la Mezquita y llega hasta la Cruz del Rastro, y que antes se llamaba Cardenal González) hubiera sido capaz de vivir durante un par de siglos o tres, quizás habría habido esperanza. Pero los tiempos cambian, las ideologías, las culturas, las presiones políticas y, sobre todo, religiosas. Don Luis fue excomulgado por su  rebeldía, pero si hubiese sobrevivido al paso de los años, es probable que hubiera acabado en el cadalso de la Corredera, quemado por hereje.

Plaza de la Corredera, donde quemaban a los herejes, y luego corrían toros.
¿Cuántos Luises de la Cerda habríamos necesitado para que la Mezquita de Córdoba no la tocara nadie? ¿Contra cuántos elementos habrían de luchar esos Luises de la Cerda para defender un edificio único en el mundo?

Preguntas, siempre preguntas, y casi siempre, en estos casos, sin respuestas.

Felipe II, el Habsburgo que entró de rodillas en la Iglesia de los Santos Mártires de Córdoba, hoy desaparecida, y que celebró cortes en la Sala Capitular del la Mezquita-Catedral durante un año completo. ¿Habría permitido hacerlo en el mirhab de la Mezquita? No me lo imagino.

Felipe II
Fernando VII, "El Subnormal" (con perdón), después de que su pueblo aprobara una Constitución popular que incluía la pluralidad de este maltrecho país recién llamado España, y reinstauró la represión y la Inquisición católica, ¿habría sido capaz de pasar por delante de la Mezquita sin que le diera un síncope? Por la cara que tiene, me temo que habría ordenado inmediatamente la demolición.

Fernando VII
No creo que alguien que se hace "pasear" bajo palio habría permitido que un edificio "moro", impresionante, joya de la arquitectura, no estuviera de parte de la Verdad Papal.

Franco bajo palio
En definitiva, han sido muchos momentos históricos a los que la Mezquita-Aljama de Córdoba no habría sido capaz de sobrevivir sin la impronta católica. O era de ellos o no sería nunca más. Un edificio con más de 20.000 metros cuadrados en pleno corazón de la ciudad, o era pasto de la especulación o era devorado por la simiente eclesiástica. Por suerte o por desgracia, lo segundo se impuso.

Hoy en día tenemos un templo singular, único en el mundo, "pisado y jorobado" pero único.

Catedral de Córdoba sobre la Mezquita-Aljama de Córdoba
Una Catedral católica amedrentada por un entorno sublime, dentro de una Mezquita musulmana mutilada; con sus "conversaciones" arquitectónicas e históricas. Fusionadas a veces, y otras discrepantes, pero siempre conviviendo.

Ya solo falta que la Iglesia Católica entienda que ha llegado el momento de retirarse, y de dejar para la Humanidad lo que la Humanidad le permitió. La Mezquita-Catedral de Córdoba tiene que dejar de ser, para siempre, un centro religioso, para convertirse en un lugar donde se recuerde la pluralidad del ser humano, y lo que la fe y el sentimiento, sea de donde sea, le hizo construir maravillas como esta que hoy tenemos.

Detalle del mirhab de la Mezquita

sábado, 22 de septiembre de 2012

Catalonia is not Spain


EL SENTIMIENTO

El Pueblo ha hablado, y eso sí que es sagrado, siempre que la palabra "sagrado" no tenga un significado etéreo o místico, sino de indiscutibilidad. Más de millón y medio de personas gritan en las calles no querer considerarse más mi hermano de ¿sangre? de ¿penurias? de ¿alegrías? Me consideran chupóptero de teta inconmensurable, un pozo sin fondo y un bodrio de persona de quien alejarse; cosas de los nacionalismos. Las manos deformes de mi madre por coger aceitunas y uvas en la Campiña cordobesa de cinco a cinco entre los meses de septiembre y enero me alertan de la injusticia de esa conclusión y me llaman a gritar quejándome por ello, pero no lo voy a hacer. Prefiero recurrir a mis recuerdos de la familia emigrante, esos que aquí eran catalanes y allí eran charnegos, con sus fobias e ilusiones, que abandonaron la miseria provocada por el ecuestre señorito auspiciada por el régimen mientras acallaba las bocas nacionalistas de este país obligando a las empresas a pagar una cuota por la "causa de la España Una" para hacerla "Grande" sin conseguir que jamás fuera "Libre"...


...las cientos de horas extra que mi padre hacía después de su jornada de ocho horas de 6 a 14, volviendo a casa a las 22 horas, exhausto... Él no quiso irse a ninguna parte, porque su casa estuvo aquí, y aguantó porque quería seguir sintiendo los 42º a la sombra de su ciudad, y los sonidos del agua bajando de Sierra Morena después de una tormenta. Es cuestión de prioridades.


Duele saberse un estorbo después de todo eso, y quizás sea solo porque alguien supo incitar en su momento las entretelas de sus conciudadanos, haciéndoles saber que eran distintos a los demás de este mundo: raza, costumbres, religiones, formas de afrontar la vida...


... Hay muchas formas de sobrevivir, incluso dentro de una comunidad, región o país: campiñas, montañas nevadas, montañas bajas, ciudades, deltas, costas, con acentos nórdicos, con acentos sureños, comarcas pesqueras, comarcas montañosas, nevadas o no... razas arias: churras, merinas, galgos, podencos (¿¿??)


¿Por qué no hacer un país de cada una de ellas? ¿Acaso no están en su derecho?

EL MOTIVO

La Historia SIEMPRE da respuestas al presente porque, no solo SIEMPRE se repite, sino porque el ser humano SIEMPRE cae en los mismos errores, SIEMPRE .

En la segunda mitad del siglo XIX surgen las nacionalidades a nivel mundial. Nacen países como Alemania o Italia, entre otros. Países que, con el tiempo, con su "nuevo nacionalismo exaltado" provocan las grandes guerras mundiales. Se creen diferentes, razas únicas, seres preparados para enaltecer su "patria" y organizar el mundo. "Hemos llegado y todo va a cambiar" es su lema, cuando en realidad son unos desgraciados que intentan crear un nuevo Estado a costa de lo que sea y que se dejan llevar por un líder que obsesiona a sus lacayos con objetivos irrealizables. Resultado: millones de seres vivos muertos por una ideología lejana a las necesidades reales de la población.

En este mismo momento de la Historia nacen las nacionalidades de las Españas (España nunca fue una, sino muchas. Incluso antes, en el XVI y XVII, las "conquistas" en el Nuevo Mundo o en Europa se hacían en nombre de Castilla o de Aragón) En Euskadi nace una asunción de raza propia (es decir, que un negro nacido en Euskadi sería solo "un negro" y no un vasco... ¿¿¿???) Al mismo tiempo en Catalunya se forja un sentimiento de nación, que fue duramente oprimido por la dictadura franquista, sin más, sin escuchar a sus gentes, poniendo trabas en el uso de su idioma, a cambio de compensaciones económicas... El dinero, ¡siempre el dinero!


Catalunya siempre fue "parte de"... Imperio Romano, Feudo Visigótico, Cora Andalusí, Condado Aragonés, Región española o Comunidad Autónoma española..¡Sienten las ganas de ser un Estado!

¡Legítimo!

¿Triste?


LA DIFERENCIACIÓN

Catalunya es diferente.

Catalunya está formada con tal variedad de personas y de tan diferentes procedencias que la convierten en uno de los lugares del mundo más plurales y variopintos. Aquí no se puede hablar de "razas" ni de especialidades supremas. Su supremacía está en la apertura de sus puertas y en la acogida de sus gentes. Su situación geográfica, al borde del llamado Sur Europeo y conexión con el Norte del continente le ha dado un carácter abierto que la ha enriquecido en todos los sentidos.

Su idioma, el catalán, uno de los más antiguos de Europa, es usado afortunadamente con habitualidad por sus habitantes, unas veces con más exigencias hacia los demás de lo que debería ser. Los catalanes no solo tienen el derecho a mantener su idioma, sino que tienen la OBLIGACIÓN de hacerlo, por el bien universal, aunque quizás les haga falta recordar que lo más importante entre las personas sea entenderse, utilicen los medios que utilicen.



LA FORMA

Volvamos al siglo XXI.

Hay formas para reivindicar un derecho o una ilusión (o quimera, como hay quien la quiere llamar; sabrá él por qué) distintas entre unas y otras.

No se les puede achacar a los catalanes cómo lo están haciendo; con sentido común, con ganas pero con respeto, sin violencias. Catalunya lleva años, decenas de años, forjando su propio Estado, cimentando su futuro, "apoquitapoco", como decimos en Andalucía, convenciendo más que venciendo. Gritando, quejándose, pidiendo, exigiendo,... en ningún caso matando personas, sean de la ideología que sean, ni fomentando la violencia. Aunque les queda en su pasivo la presión social sobre los que comparten con ellos lugar, y sin embargo no sus ideas. Supongo que eso queda sobre esa línea roja de la que últimamente hablan algunos políticos.


LAS CONSECUENCIAS

Me pregunto: ¿Alguien ha explicado con sinceridad a los catalanes lo que ocurriría si se confirmara la independencia de Catalunya?

Permítanme que les diga que lo dudo.

Leí no hace mucho un artículo en ABC sobre las consecuencias de una proclamación de independencia en Catalunya, tanto para los catalanes como para el resto de los españoles. Desgraciadamente lo he estado buscando y no lo encuentro, por lo que no puedo poneros el link. Sin embargo, algo se me ha quedado, claro que, viniendo del medio del que viene, a lo mejor no es tanto como ahí predicen. Aún así, sí que hay cosas que pueden tener cierto sentido.


Suelen los catalanes pensar, o al menos así me llega la sensación, que esto es solo poner una frontera entre Catalunya y el resto de España y se acabó, pero hay consecuencias que habría que analizar antes de que eso ocurra, porque  pueden no estar en la agenda.

1.- ¿Qué pensaría el resto de Europa de una segregación como esta? Yo creo que no les gustaría nada en absoluto, teniendo en cuenta que España ya está debilitada económicamente, y apartar a una parte importantísima de su población sería una piedra más en el camino. La independencia de Catalunya debilitaría aún más al resto de España y a los propios catalanes.

2.- ¿Admitiría la Unión Europea el ingreso de Catalunya en la comunidad así como en el grupo del Euro? A mi, personalmente, me surgen serias dudas. Analicemos: Un país nuevo, con todo lo que conlleva la creación de un nuevo Estado, con los antecedentes de solicitud de ayuda financiera al Estado español, con un déficit enorme y una crisis a nivel mundial que precisamente no ayuda... Ummm... No sé, no sé...Me temo que la mayoría de catalanes piensan que esto está hecho, y que la independencia no estaría reñida con su pertenencia a la UE y a la zona Euro. Quizás estén obviando que existen unas exigencias de convergencia que, actualmente, Catalunya no cumple. Que nadie se olvide que quienes realmente gobiernan los Estados son los banqueros, las multinacionales y los ricos. Habría que preguntarles, porque a ellos "se la suda" las nacionalidades y sentimientos...

3.- En caso de que a Catalunya se le admita en el grupo europeo: ¿convendría a los catalanes? ¿Qué esfuerzos les obligarían a hacer los alemanes y franceses para llegar a converger? Supongo que los mismos que al resto de España, y algo más. ¿Hay antecedentes? ¿Sería el co-pago suficiente o las reducciones en sanidad, educación y asistencia social? ¿Merecería la pena por una bandera y un sentimiento nacionalista colorista y folklórico? ¿Estarían dispuestos los catalanes a ajustarse más el cinturón?


4.- En caso de que a Catalunya NO se le admita en Europa, ¿estaría el nuevo Estado preparado para emitir moneda (creo que se le quiere llamar Cat) que nacería eminentemente devaluada, rodeada de una moneda más fuerte y sin más futuro que la exportación? ¿Sería la nueva Catalunya capaz de importar material necesario para el funcionamiento de su país a pesar de esa devaluación? ¿Entenderían los catalanes la huida de empresas al resto de Europa para evitar esa diferencia de valor entre monedas? ¿Todo por la patria? ¿Una nueva autarquía? Ya en los años 40 del siglo XX se siguió esa política y a algunos "se les doblaba el pescuezo" por el hambre.

5.- Estamos en momentos de crisis, de recortes, de destrucción del estado de bienestar a costa de los ciudadanos de a pie. Un nuevo Estado requiere de nuevas infraestructuras políticas, sociales, judiciales. Habría que crear un nuevo funcionariado en Asuntos Exteriores, en Seguridad (ejército), comprar armas como siempre a priori innecesarias pero al orden del día, nueva policía, más amplia, Ministerio del Interior, evidentemente relacionado con lo anterior... ¿Cuánto costaría a los catalanes crear y mantener estas infraestructuras? ¿Estarían sus ricos dispuestos a poner "la pasta" a cambio de nada? ¿Dejarían de llevar sus beneficios a paraísos fiscales en pos de una bandera y un himno? ¿Soportaría el pueblo catalán una traición tal?



6.- Todos sabemos quiénes son los que gobiernan el mundo; eso que llaman vulgarmente "los mercados", a quienes, no sé por qué, hay que darles confianza. ¿Confianza de qué? ¿Daría confianza a esta gentuza, de billetes de quinientos, un país naciente plagado de deudas y de compromisos nacionalistas poco creíbles por su difícil realización? ¿Tendrían en cuenta los mercados los himnos y las banderas, los sentimientos patrióticos de millones de personas defendiendo un común?... Lo dudo... ¿Retornarían los catalanes ricos sus capitales ocultos tras cuentas corrientes lejanas a su nueva patria naciente para aportar por el bienestar de sus gentes?... Lo dudo... ¿Qué les pedirían a cambio?

LOS MEDIOS

No es nueva la técnica, ni mucho menos. Es por eso por lo que me gusta tanto la Historia, porque no deja de ser una muestra repetitiva de los sentimientos y formas de vida humanos. Siempre dejándose llevar por sus líderes y políticos. Siempre fieles a ideologías a veces contraproducentes a los intereses generales y/o particulares. ¡Por la causa! Ese es el fin, el motivo, el esfuerzo irreprochable e irrenunciable. O conmigo, o sin ti.  Uno para todos y todos para mi, cueste lo que cueste.

A cambio, banderas multicolores, himnos patrióticos que suenan a añoranza, expresiones de boca en boca que exaltan lo inexaltable mientras desde las instituciones se ponen trabas a la enseñanza, al conocimiento, al derecho a ser atendido cuando se necesita, a vivir bajo un techo digno, a levantarse cada día temprano para ir a trabajar, y no a buscar trabajos míseros como mano de obra barata. ¡No importa!... la bandera y el himno ese que suena es como una anestesia duradera que todo lo alivia porque perteneces a una comunidad libre,... ¿libre?... ¿de qué?... ¿por quién?... ¿para qué?



No me deja indiferente ver a líderes de esas ideologías cantando himnos de letras rebuscadas, con sus ojos entornados de hipócrita emoción, con la mano en el pecho donde le late un corazón superfluo, más pendiente de sus intereses que de las de los demás, rodeado de banderas multicolores, dándose un baño de multitud entre la sumisa gente a quienes no hace mucho ha partido en dos con sus imposiciones económicas, quitándoles derechos y libertades, no por ellos, sino por... los mercados... ¡Qué poca vergüenza!

LA SOLUCIÓN (1)

El diálogo.

Solo es posible el diálogo.

No existe más posibilidad que el diálogo. Ese diálogo que el gobierno de España rechaza de pleno, por su propia bandera y su propio himno, por sus propios intereses y sus propias exaltaciones, tan anestésicas como todas. Hay que escuchar al pueblo, y el pueblo catalán ha gritado ¡basta! Es el momento de hablar, de dialogar, de negociar. No vale solo con dar la mano a su representante legítimo. Hay que escucharle quitándose la venda de los ojos. Si hay que cambiar la Constitución (esa Constitución semi-impuesta que nos legaron)... hágase. El pueblo catalán tiene derecho a que se le escuche, como lo tiene el resto de las comunidades de nuestro país. Hable usted con ellos, señor presidente, pues para eso le votó en mayoría el pueblo español, para que gobernase para todos, y si no... váyase.



No se le puede negar todo a quien se representa, guste o no. Tampoco hay que ser magnánimo, sino justo y, sobre todo, valiente. Hay que gobernar para todos, con sentido común... Esto no es fácil ¿nadie se lo dijo?

LA SOLUCIÓN (2)

Realizar una consulta popular mediante referéndum, que nos muestre lo que realmente quiere el pueblo catalán, y si el resultado es por la independencia, preparar desde ya el divorcio con sentido común.

Habría que ajustar cuentas, bien hechas, con consenso, con justicia, sopesando todo, como un finiquito, sin olvidar tiempos pasados ni presentes y preparando un gran futuro.

Una vez llegado el entendimiento, habría que ayudar técnica, económica y administrativamente al nuevo Estado a constituirse como tal, con la experiencia de decenas de años que atesora el Estado español, apoyando en todo momento a quien hasta entonces fuera un hermano más. No concibo una ruptura trágica o dramática con quien ha compartido con nosotros cientos de años de convivencia. Sería una traición a parte de nuestra Historia.



LA SOLUCIÓN (3)

Convertir al Estado español, de una vez ya, en una República Federal, donde las diferentes naciones que la componen aporten con normalidad y compromiso a la Comunidad general de un Estado abierto, plural y libre, que sea capaz de elegir democráticamente a su Jefe del Estado, que le represente de verdad y se sientan parte de él, dejando aparte sistemas de gobierno obsoletos y retrógrados, heredades y feudalismos.

La pregunta es: ¿estamos preparados para esto?



CONCLUSIÓN

Estoy triste.

Cataluña ha sido siempre uno de mis lugares preferidos de nuestro país. Sus gentes, sus montañas, sus costas, sus costumbres,... Siempre la he considerado parte de mi. La novena provincia andaluza, le hemos llamado, porque son tantos los emigrantes de nuestra tierra que allí fueron a sobrevivir de una forma mejor, lejos de nuestros ecuestres señoritos de chiringuito, copa de fino y sombrero de ala ancha, que aún campean  con prepotencia entre nosotros.



En Cataluña encontraron cobijo, trabajo, techo, pudieron crear una familia, amar aquella tierra regada por la brisa mediterránea, aportando su trabajo y sudor, que en este caso sí dio los frutos que necesitaban. Ni más, ni menos que lo que merecían.

Ahora Cataluña quiere el divorcio con el resto de los españoles, y estoy triste. No es nueva su reivindicación, pero ahora duele más, cuando más nos necesitamos todos. Quizás sea por eso por lo que ahora más lo buscan. Nunca me gustaron las nacionalidades, y nunca me gustarán, porque manejan al pueblo a su antojo por sus intereses particulares a cambio de símbolos y sentimientos no creíbles. Pero el pueblo catalán ha hablado, alto y claro. No nos quieren como hermanos, y se quieren ir.


Solo queda respetarlos, y ayudarles en la ardua tarea que les queda por delante.


Es el momento.
Adeu.

P.D. Espero que nadie se sienta herido por mis comentarios. Es lo que pienso, y así lo he intentado transmitir.


viernes, 14 de septiembre de 2012

Días de escuela


Ahora que se están reanudando las clases en los colegios y en los institutos, quiero desde mi ventana al universo homenajear de alguna manera a aquellos que componen el mundo de la Educación; profesor@s, alumn@s, directiv@s, secretari@s, porter@s, limpiador@s,... y todo aquel que vive de y para la educación de nuestros hijos y nietos, que cada día se encuentran en un aula con olor a lápices, gomas y papel, que se esmeran en enseñar valores plurales y de respeto a los demás, que se muestran deseosos, aunque a veces no lo parezca, de aprender y de asumir. A todos los que conforman este mundillo tan peculiar tan poco valorado a veces, pero tan importante que sin ellos todo funcionaría de una manera tan distinta que ni siquiera nos podemos hacer una idea, aunque muchos, y quizás precisamente por eso, no lo quieran ver así y prefieran recuperar tiempos pasados, cuando lo importante era seguir unas pautas y unas ideologías imperantes, y no el desarrollo de la persona como tal, con sus inquietudes, sus deseos, sus miedos y sus ilusiones.

Y precisamente es en el pasado donde podemos encontrar las diferencias con nuestra sociedad actual, más plural y más abierta, y por lo tanto, más efectiva. Es por eso por lo que hoy os voy a poner la letra de una de las canciones que tarareaba yo cuando era un jovencito, y aún hoy lo hago, y que me ayudó, en parte, a comprender la importancia de la Educación de nuestra juventud, esa Educación hoy cuestionada por asuntos tan baladíes como el económico, con déficits públicos de no sé qué, y primas de riesgo acechando, cuando todos sabemos qué es lo verdaderamente importante.

Se trata del tema "Días de Escuela" (1978) de la banda madrileña Asfalto, que, aunque suavemente, nos muestra el tipo de Educación que algunos parecen pretender recuperar para nuestro país con más prisas que pausas y con más decretos reales que sentido común.

Quiero dedicar este tema musical, como en la radio, a aquellos vosotros que entre 1960 y 1970 teníais entre 5 y 15 años, porque aunque no lo supierais entonces, aquello que fue futuro hoy es presente, a pesar de todo, y aquellas ilusiones y ganas de cambio que tuvisteis las convertisteis en realidad, con vuestro tesón, para disfrute de los que llegamos después. Esas mismas ilusiones que hoy nos quieren robar a golpe de recortes en pos del euro. Gracias por conseguirlo.

La letra dice así:

Bien abrigado llegaba al colegio.
1960; hace poco tiempo.


Formados frente a una cruz y a "ciertos retratos"


Entre bostezo y bostezo, gloriosos himnos pesados


Despertamos en pupitres de dos en dos


Aún recuerdo el estrecho bigote de Don Ramón.


Y la estufa de carbón frente al profesor
La dichosa estufa que no calienta ni a Dios


Suena el timbre... ¡al fin!
Bocadillo, recreo; ¡evasión!


Una tortura más antes del juego
La leche en polvo y el queso americano


Sales tú y el gordo después
Te cambio los cromos, te juego al tacón
Sales tú, la ligo yo
Apuremos el tiempo que ya nos meten dentro...


Dos horas de catecismo y en mayo la Comunión


La letra con sangre entra: ¡otro capón!


Tarea para mañana y puesto el abrigo
Otra "copla" a los del cuadro y hasta mañana Don Ramón.

Y ahora tú ¿qué pensarás?
Si cuanto más me oprimían, más amé la Libertad.
Y es a ti a quien canto hoy


Enseña a tu hijo...
Ohh enseña a tu hijo a amar... la Libertad!!

Quien quiera escucharla íntegra, que pinche aquí: http://www.goear.com/listen/77c8f75/dias-de-escuela-asfalto

Por una Educación pública, gratuita, de calidad y laica. De TODOS y para TODOS.