martes, 21 de agosto de 2012

Venecia, ¡una ciudad sin ruedas!

Gran Canal de Venecia
¿Conocen ustedes alguna ciudad en la que los peatones no crucen las calles por lugares distintos a los pasos peatonales? ¿Conocen ustedes alguna ciudad donde los semáforos no existen? ¿Conocen ustedes alguna ciudad donde los vehículos con ruedas no se vean por ningún sitio? ¿Conocen ustedes alguna ciudad donde el primer paso que das saliendo del portal de tu casa es imposible darlo, salvo con el equipo o el medio de transporte adecuado?

Yo sí; se llama Venecia, al norte de Italia, en el Veneto, y además de esto, que es posible que ocurra en otras ciudades del mundo, esta ciudad reúne en su caserío la hermosura del renacimiento y del diseño italiano, por lo que la hace especialmente especial. Su originalidad (al menos su casco histórico) es abrumadora, y es uno de esos lugares y paisajes que uno no termina de hartarse de mirar y observar.

Gran Canal de Venecia. La gran avenida de la ciudad.
Las respuestas a las preguntas del principio de mi entrada son muy simples: Los peatones pasan todos por los pasos peatonales porque allí no hay líneas de cebra pintadas en el asfalto, sino puentes, así que, o pasas por ellos o te vas al agua; los semáforos no existen porque las reglas que priman son las de la mar, o sea, el sentido común; los vehículos con ruedas no tienen sentido en una ciudad donde los puentes que cruzan las calles están formados por escaleras (malamente diseñados para personas con discapacidad móvil); y por último, muchas de las casas y palacios se asoman a los canales sin más piso fijo que el agua verdosa, y no muy limpia, que ocupa los viales y calles... si es que se pueden llamar así, por lo tanto, no se te ocurra salir de casa con los ojos pegados aún porque ese primer paso, o lo das en una barquita, o te despiertan de repente.

Una de las calles de Venecia.
Los autobuses de línea... bueno, más bien habría que decir los barcos de línea, o vaporetos, que también les llaman, tienen sus paradas flotantes a lo largo del Gran Canal, una ancha avenida (¡qué gran nombre, en este caso!) que vertebra la ciudad de norte a sur formando una "ese" invertida. Estos transportes públicos no solo son disfrutados por los miles de turistas que ocupan la ciudad, sino también por los propios venecianos, que los usan para desplazarse por una ciudad "complicada" para ir a sus puestos de trabajo, al centro de salud, al ministerio,... Aproximadamente una veintena de paradas separan la Piazzale di Roma y la Piazza di San Marco, e incluso van a las islas que rodean a la hermosa ciudad romántica.

"Parada flotante del autobús" de Ca'Doro
Pero no solo el vaporeto, o "autobús flotante", sino también ambulancias, policía, bomberos, taxis, furgonetas (?) de reparto,... hasta los típicos coches de caballos que existen en todas las ciudades son diferentes. Aquí el coche de caballos lo convertimos en... ¡góndolas!

Gondolero sacándole la pasta a unos turistas.
Como la ciudad está llena de ellos, salvo que te sobre la pasta, lo mejor es no montarse y ver las góndolas desde fuera (habitualmente montados los japoneses), porque la "multa" supone 120 Euros, y eso lo va a pagar su puñet... madre!. Además, si te cantan, tienes que darle más... ¡Pues que se vaya a la ópera!

Cosas del turistismo.

El mismo gondolero "haciendo el agosto".
Venecia está plagada de callejuelas estrechas que te retrotraen a momentos históricos de duques, hambruna, condes, epidemias, papas, control religioso, prepotencia aristocrática, lucha por sobrevivir... Pero sobre todo, hoy en mi entrada (próximamente os ofreceré otros referentes artísticos) quiero sobresaltar su carácter original de una ciudad que reposa sobre parte del mar, y que le puede. Venecia tiene los lustros contados porque la fuerza de la Naturaleza es superior, siempre, a la fuerza del ser humano. Y llegará el momento en que no habrá góndola lo suficientemente decorada para compensar la pérdida de su caserío.

Venecia: góndola turística y edificio que se hunde
Una ciudad de ensueño, una ciudad de imágenes inolvidables, una ciudad original y distinta. Visiten en cuanto puedan una ciudad donde la humedad se hace presente y donde las fotos que hagan, y los vídeos que tomen, jamás les resultarán satisfactorios, porque los sonidos, olores y sensaciones nunca son captables.

¿Y si esta ciudad tuviera asfalto en vez de agua? ¿Sería igual?


7 comentarios:

Conchi Carnago dijo...

Por lo que veo sigues empeñado en darnos envidia, es broma me encanta, no se si las fotos son tuyas, si es así en hora buena son buenísimas.
Y felicidades otra vez por ese viaje maravilloso, aunque me temo que vas a seguir dándonos envidia unas cuantas veces más.Eso espero.

Gracias amigo por compartir experiencias tan bonitas.

José Manuel Fuerte dijo...

Envidia no, Conchi, por favor.

Pégate un viajecillo allí, y relájate con el sonido del agua. Es una delicia.

Paco Muñoz dijo...

José Manuel preciosas fotografías y precioso viaje, recordatorio del de novios creo.
Estimo que es bonita para ir un par de días, pero tener que vivir allí tiene que se agobiante, a lo que le sumas el coñazo de los turistas. Fíjate si miras en San Google Earth, que el cementerio está en una isla, pues para ir de entierro en setecientos barcos chicos o en uno grande y los amigos pobres nadando. Lo has dicho de pasada, pero caerte en el agua el principal peligro no debe ser que te ahogues, es el riesgo es la infección que cogerás, no creo que esté el alcantarillado en condiciones.
Bueno esperaremos la próxima entrega, que supongo será la Firenze.

José Manuel Fuerte dijo...

Desde luego el viaje ha sido precioso, pero no estuvimos allí en la Luna de Miel, así que ha sido todo nuevo para nosotros y los niños. Efectivamente el cementerio está en una isla, pero el sistema de transporte público (el famoso vaporetto)funciona bastante bien y no vas a necesitar una barca privada para ir. Tienes razón; la siguiente entrega, cuando pueda, será la elegante Florencia, pero os voy a dejar a todos descansar del coñazo un poco, que no quiero que esto se haga "pesao".

Un abrazo

Rafael Jiménez dijo...

Bueno, pues yo estoy deseoso de leer la entrada sobre Florencia...

Chary Serrano dijo...

Precioso reportaje y preciosa ciudad.
Leyéndolo parece que estás allí

José Manuel Fuerte dijo...

Gracias Chary por tus palabras. Un lugar de ensueño que merece la pena ver.