domingo, 18 de septiembre de 2011

Madinat Al-Zahra aún oculta


Mi admiración, casi obsesión, por Madinat Al-Zahra no es ya noticia entre la gente que me conoce de estos foros cibernéticos del World Wide Web, si es que eso merece de por sí ser noticia. Siempre he dado a conocer al mundo mi sentimiento aferrador hacia este punto "quasi geocéntrico" que tanto me atrae y del que me siento absorbido por sus cualidades estéticas e histórico-arqueológicas. Suelo ir allí, no muy a menudo para no colapsarme, pero sí para desintoxicarme de la cruda realidad vivencial y rescindir mi apego, como ser humano del mundo actual al que se nos obliga a vivir, a la ley del reloj, del consumo irracional, de la obsesiva obsesión por la mejora de la productividad, del abandono de los deberes familiares, del aumento del colesterol malo, del olor a gasolina quemada y del inane envejecimiento paulatino. Cuando voy allí, respiro algo distinto,... pausado... remoto... humano... y... me reinvento, aunque solo sea por unos minutos.

Supongo (y espero) que no todo el mundo comparta conmigo dicho sentimiento, pues eso sería un gran síntoma de prularidad, de lo cual me alegraría un rato.

Pero esta entrada, lo que pretende ser es una puerta para compartir con todos vosotros imágenes de los lugares de Madinat Al-Zahra que no están abiertos al público, al menos todavía, y que son parte de esos magníficos recovecos y rinconcillos que tanto me gustan a mi, y que, al menos a mi, me hacen pensar en lo que pudo ser la vida en aquella idílica y efímera ciudad, centro político-administrativo-cultural de gran parte de la península y lugar de convivencia para miles de personas.

No os escribo más; os dejo con esas fotos, que ni siquiera voy a comentar. Una imagen ¿vale? más que mil palabras... o no.















Tengo más fotos, pero la "miedarmala" conexión que tengo no me permite poner más, así que ya os las pondré en otra entrada. Espero que os gusten lo mismo, o casi lo mismo, que a mí.

4 comentarios:

Conchi Carnago dijo...

Fantásticas las fotos Jose Manuel, y no eres tu solo quien se transforma en ese lugar a mi también me ocurre y no solo hay, en la Mezquita me pasa otro tanto,creo que son lugares que hechizan sin saber porque, se de mucha gente que siente lo mismo. Creo haber escuchado alguna vez, que lo mejor esta por descubrir.

Un saludo.

José Manuel Fuerte dijo...

Gracias Conchi, pero la verdad es que los lugares donde se han hecho las fotos no son especialmente espectaculares en cuanto a decoración exhuberante o grandes construcciones relevantes, pero es que son estos sitios los que más me llaman la atención; rarillo que es uno para estas cosas. Yo creo que es aquí donde el espectador tiene la oportunidad de sacar de sí mismo esa parte de imaginación que no debemos perder jamás, y darle una vuelta, aunque sea equivocada, a su propia reconstrucción de la vida de los que allí nacieron y murieron mientras vivieron allí.

Yo creo que eso es lo que le da vida a aquellas hermosas piedras, más que lo que nos sean capaces de reconstruir, física o virtualmente.

Eso es lo que yo echo de menos en la Mezquita: está todo tan claro y tan mascado, es todo tan impresionante y aplastante, que no te permite el ejercicio de la elucubración y de la auto-invención.

Un abrazo.

Paco Muñoz dijo...

Hay algunos lugares desconocidos para mí. No es que sea un experto en el yacimiento ni mucho menos, pero es que muchas no las situó. Decir que la primera, con la que encabeza tu blog, me llamó desde primera hora la atención.

Un abrazo

José Manuel Fuerte dijo...

Esa foto que dices, Paco, es la del llamado Camino de ronda, que se trata de una calle que rodea todo el perímetro del Alcázar y lleva hasta la Mezquita Aljama desde las estancias privadas, aún ocultas. Se le supone semi-cubierto y con puertas para mayor seguridad (una especie de Calleja de la Hoguera inacabable), y está decorado en sus paramentos con yeserías pintadas con formas florales (hay una foto en la entrada en la que se puede observar el dibujo) y en el suelo se dispersan los trozos de placa de ataurique, como un puzzle imposible de reconstruir. A mí me llamó la atención mucho, y por eso la puse como la foto de bienvenida al blog.