sábado, 28 de mayo de 2011

Sandokán

El Tigre de Malasia vuelve a nuestras pantallas a poner fin al monopolio político del "hoy tú y mañana yo", y ha venido a poner igualdad en el mundo, a dejar su impronta urbanística en una ciudad histórica como la nuestra, falta de grandes líderes cercanos a su pueblo, cumplidores estos de las normas urbanísticas, deseosos de un líder carismático, de oradores irrepetibles, de grandes políticos solucionadores de problemas.

http://www.youtube.com/watch?v=_VBoD92ui70

Ya nada será igual. Todos olvidaremos el pasado cruel y que nos llevó a una crisis injusta. Como el bandolero del XIX, Sandokán viene a nuestras vidas a cedernos su patrimonio, a contarnos cómo debemos actuar, cómo debemos comportarnos, a ser libres y a disfrutar de esa libertad. Nos dará trabajo a todos, y nos llevará de perol, nos contará sus historias de cómo hacerse rico en poco tiempo, nos venderá oro... y huevos... nos enseñará a ser personas felices, a ver sus casas en el barrio de Cañero, a pelarnos en su peluquería favorita, a ponernos la camiseta de Córdoba CF y a olvidarnos de nuestros problemas.

Todo ha cambiado. Él está ya con nosotros.

3 comentarios:

Paco Muñoz dijo...

José Manuel, lo cierto es que Emilio Salgari no pensó lo popular que iba a ser su personaje en el siglo XXI. Por otro lado, tampoco pensó que el pueblo se cree todo lo que le cuentan, evidentemente empujado por su personalisimo interés, de un piso, de un puesto de trabajo, etc. Debía ser delito engañar al infeliz que se deja deslumbrar por el falso oropel, aunque "en el pecado llevan la penitencia", y tiempo al tiempo.
Quiero puntualizar que, en el fondo no considero al personaje una mala persona, es simplemente un nuevo rico, con un código especial que estimo considera normal. Porque si no, deberíamos considerar malas personas también, a los ilusos que se dejan embaucar con cantos de sirena y que su modelo a seguir es su socio-vecino-idolo aspirante a "arcarde", pero que afortunadamente no lo ha sido.

José Manuel Fuerte dijo...

Para mi, Paco, la responsabilidad de juzgar a una persona es demasiado grande y me supera, pero si he de hacerlo, lo hago por lo que hace, y no por lo que es.

Es un nuevo rico, vale, pero lo primero que ha hecho en política es engañar, porque él sabe que no es posible lo que ha prometido. Claro que, por esta regla de tres, muy pocos políticos se salvarían de esta sentencia, desgraciadamente.

En cualquier caso, el pueblo, engañado o no, es soberano, y ha dado su opinión y elegido a sus representantes. Dentro de cuatro años veremos si donde se digo Digo se dice Diego, o no se dice nada.

Y a ver si dentro de cuatro años el sistema electoral es más representativo y acaba por fin con esta política bipartidista de la época alfonsina. Seguro que todo sería muyyyyy distinto.

Paco Muñoz dijo...

No puedo José Manuel, discutirte nada a lo que dices, en todo caso lo aclaras tu de que engañar engañan todos, y en las campañas más, recuerdo uno que dijo: -Y os vamos a construir el puente. -Pero si aquí no hay río. -Pues haremos también un río. Y como esas muchas.
Pero me quedo con el último párrafo.