sábado, 19 de noviembre de 2011

Mi calle... Mucho Trigo... III

La falta de tiempo y los avatares político-sociales de los últimos meses me han hecho desviarme un poco de lo que realmente me gusta hablar, y que más me satisface: MI CIUDAD, y mi relación con ella.

Allá por el mes de julio tuve la osadía de rebuscar en mis recuerdos y relatar mis vivencias en lo que fue la calle de mi proto-infancia, y lo hice en dos entradas con la intención de realizar una tercera y última. Pero me he enrollado en viajes y sentimientos políticos, dejando "colgada" una tercera entrega que se suponía iría seguida. En fin, nunca es tarde ¿verdad?

Así que, aprovechando esta jornada de reflexión democrática, antes de unas elecciones más, que no quiero entrar aquí a valorar, me relajo... mientras la lluvia compone su música en las losas de mi patio y en las hojas de las flores de mi arriate, empapando el naranjo, el limonero, los rosales, el jazmín y la dama de noche (a los que ya he podado: ¡pobrecillos!) la yerbabuena, el romero y la madreselva de Sierra Morena, y comienzo a darle vueltas a mis recuerdos, ahora que aún los mantengo y que quiero aprovechar.

He de deciros que todo lo que aquí expongo son cosas sacadas directamente de mi memoria, y que por lo tanto pueden ser erróneas, incompletas o desconocidas. No me pidáis que las documente porque no va a ser posible. Eso sí: admito, como no puede ser de otra manera, rectificaciones.

En mi segunda entrega sobre mi Calle Mucho Trigo me quedé en pleno portal toreando, a falta de toros o vaquillas, a todo el que pasaba por la puerta, ya entrara, o ya pasara de largo.

Mi Puerta Grande personalizada. ¡La de veces que salí por ella a hombros después de haber hecho el salto de la rana de El Cordobés! Yo era el torero, el que me llevaba a mí mismo a hombros y el que me ovacionaba al paso. Vamos, que yo me lo guisaba y yo me lo comía. Pero algún vecino que otro, habiendo pasado por mi capote, no estaba muy satisfecho con mi juego, así que me miraba un poco extraño. Era lógico.

Entrando en el portal, posiblemente el portal más grande de Córdoba... o no ¡qué más da!, había un par o tres de gradas que daban acceso a una galería abierta a izquierda y derecha, porticada, y que hoy es muy distinta. Enfrente estaban los buzones, y se abría un hueco desde donde subía otra escalera estrecha y oscura, de escalones altos y losa grisácea, a las dependencias de arriba, porque era una casa de vecinos, con gente viviendo arriba y abajo. Hoy en día el interior ha cambiado y no es posible sacar una conclusión de lo que allí había.

Para ser breve, por no "jartar", a la derecha, siguiendo el pórtico, estaba la casa de mi amigo Antonio, cuyo padre moría día a día por un cáncer irreversible. Al lado de aquí, por la izquierda, se abría el patio grande, con las letrinas, ¡y una hermosa plaza de toros para jugar con mi amigo Juan Luis! A la derecha del patio estaba la casa de la gitana que vendía ajos en la Corredera, luego venía una escalera exterior bajo la cual estaba la casa de la Fernanda, y subiendo esa escalera, la casa de mi tía Merse y de mi abuelo Pepe, que era mi refugio cuando mi madre pretendía lavarme la cabeza (¡qué manía con lavar la cabeza!). Mi tía Merse me convencía cantándome una coplilla aflamencada mirándome con sus ojos claros, y yo accedía con la condición de que fuera "en la calampanilla" (traduzco: "palangana") en lugar de en la única ducha que existía en la casa de vecinos, y que, mira tú por donde, estaba en mi casa.

Recuerdos tengo de celebraciones de bautizos y comuniones en este patio y en la azotea de mi tía, con platos de tapas y garrafas de vino de Montilla, muy distintas a las celebraciones actuales, más parecidas a banquetes nobiliarios que a una celebración familiar, pero no voy a entrar comparaciones, hoy no.

Al otro lado de la entrada desde el portal, hacia la izquierda, siguiendo el pórtico, se encontraba "el patio chico", con acceso directo a la que era mi casa, y desde el patio, a otra vivienda recoleta, que también fue vivienda de mis padres antes de su mudanza a la casa de al lado. A él se abría, a la derecha, la cocina de la vecina de debajo de la escalera, siempre con la música de copla de fondo, y una escalera estrecha llevaba a otra azotea donde un perro color "beige" no paraba de ladrar.

Hacia ese patio, desde la casapuerta de mi casa, en el fondo, un portiquillo se asomaba al patinillo. Me recuerdo a mí mismo, un Domingo de Ramos, vestido de estreno y dándome los rayos de sol en la cara, observando el azul del cielo y el reflejo de las paredes encaladas, y los olores, en aquel patio no mayor a una habitación, el olor a primavera y el sonido del canario de la vecina de arriba, la madre de mi amigo Juan Luis.

Saliendo de la casa, hacia la izquierda, dirección Cinco Calles, lo primero que nos encontramos es la primera de las calles sin salida, barreras o azucaques de la calle, a nuestra derecha. Es la calleja del Posadero. En esta calle jugábamos los niños a ver quién era capaz de llegar hasta el final, tocar la reja medio derruída y volver sin que hubiera pasado nada, porque se suponía que en esa reja vivía una bruja malvada. Y nunca nos pasó nada a ninguno de los que tocamos la reja... si es que alguno la tocó.

Seguía a esta calleja la vivienda-tienda de Casa Paco, un negocio familiar que abría su puerta a la calle Mucho Trigo. Entrando en el quiosco se encontraba la barra de mármol enfrente, donde siempre estaba el Señor Paco, con su reconocida calva y sonrisa perenne. Tras él, en una estantería de la pared trasera, se mostraba desafiante una maqueta de una nao imperial, con sus cuerdas y todo, que me llamaba mucho la atención. Mi madre me daba un mendrugo de pan de telera y un par de "gordas" para ir a Casa Paco y comprar dos "jícaras" de chocolate: era la merienda.

Hoy, Casa Paco es una cochera.

Siguiendo hacia las Cinco Calles, mis recuerdos se centran en la casa de mi amigo el De La Haba, adonde iba alguna que otra vez a jugar; otra casa donde había un señor apoyado en el quicio dándole vueltas entre sus dedos a una cadena sacada probablemente de un lavabo, y con cara de pocos amigos, otra casa a la derecha, que la encaló en su día "La Paquera", y que nos enseñaba desafiante de vez en cuando una teta, no sé bien si para ahuyentarnos o para lucirse, pero nos divertía mucho,... aunque a mi me daba un poco de miedo.

...la casa que llamaban La Gota de Leche, que se supone suministraba a los más necesitados,... y las Cinco Calles, donde confluían precisamente cinco calles, una placita que suponía el fin de mi calle y que tenía en ella el establecimiento donde vendían los recortables de casitas de papel que tanto me gustaban, y luego se convirtió en guitarrería.

Cerca de ahí estaba el Bar Los Mosquitos, y El 6, en los que tantas veces nos parábamos, especialmente en Semana Santa, para tomar pescaíto frito, en la calle del Baño.

Muchos recuerdos para tan poco tiempo.

Me pregunto cómo es posible que tenga tantos recuerdos siendo yo tan pequeño (siete años) Y muchos que quedan en el tintero. En fin, me voy a reflexionar porque mañana hay que votar.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Democracia vs Tecnocracia

Lukas Papademos, el tecnócrata griego.

Mario Monti, el tecnócrata italiano
¿Qué diferencia a un demócrata de un tecnócrata?

El demócrata es un político que defiende la gobernación plural, teniendo en cuenta los criterios de todos, defensor de la participación de sus representados mediante elección libre por estos, con los que mantiene un compromiso de programa de gobierno anteriormente expuesto públicamente, y que procura equilibrar los fines con las formas, respetando las minorías y tomando decisiones que se asemejen lo más posible a la realidad social del pueblo al que gobierna. Al menos en teoría, el demócrata debería ser eficiente.

El tecnócrata es un gestor puro y duro que no está obligado a tener en cuenta otros criterios más que los estrictamente necesarios para el buen cumplimiento del fin a conseguir, sin importarle las formas ni las cabezas de las personas que a su paso caigan por el objetivo determinado, sea inclusive la suya propia. Es un ser eficaz. Una especie de Terminator de la Gestión, un Cyborg de los objetivos que le programan.

El mundo, y Europa en particular, está viviendo una presión financiera de tal calibre que está escapando de las manos de los políticos democráticos de turno, y estos están cayendo en la humana debilidad de dejar hacer el trabajo a las máquinas, esas que no sienten remilgos de ningún tipo por nada parecido a los sentimientos como generosidad, bondad, solidaridad o lástima por los demás. Solo les mueve su objetivo final, y de seguro que lo conseguirán.

El tecnócrata aplicará en cada país las medidas que sean necesarias para reducir el déficit público, reducir la prima de riesgo, generar la confianza en los "mercados", generar empleo, precario o infrahumano... ¡qué más dará! El objetivo será cumplido, su cabeza caerá cortada por la guillotina del político que lo encumbró accionada por él mismo, y le aplaudiremos y haremos estatuas olvidando a los que el robot tiró a la cuneta, porque el fin se conseguirá.


El Cyborg de España
Este ser que arriba vemos será el que solucione nuestros problemas con los "mercados", nos bajará la prima de riesgo, las agencias nos subirán la nota a AAA+ o a AAAA+, reducirá al déficit del Estado a mínimos históricos, generará empleo del que le gusta a la CEOE, de forma que los desempleados irán a la oficina del INEM solo cada dos meses... y luego su cabeza caerá en la cesta, pero la cesta será de filigrana de plata forrada de oro y la envolverán en pura seda, porque el político de turno se encargará de que todo vaya como la seda.

Cuando pasen unos años, los que hoy son niños se convertirán en adultos con problemas dentales por falta de nutrición y seguimiento de la Seguridad Social, visitarán asiduamente espectaculares recintos de desintoxicación creados con las sobras de la empresa privada, y con precios módicos ¡no faltaba más!, aprenderán a leer y escribir y a hacer cuentas en lugares especiales abiertos después de la jornada laboral, sobre las 22:00 horas, donde antes de medianoche tendrán una cena de sopa y buen vino. Y los que tengan la suerte de acabar una carrera a base de sacrificio, tanto en estudio como económico, tendrán un descuento especial en las líneas de bajo coste que los lleve, con billete de ida solo, eso sí, hasta la Alemania floreciente de la Euro-pa unida.

Otros ciudadanos irán a su ritmo económico, pero eso no importará, porque la prima de riesgo habrá bajado y nuestra Gloriosa Patria se convertirá en la despensa de mano de obra de Euro-pa, y eso será un orgullo.

Información complementaria:
Alemania_dispone
Monti_el_enterao
Spanish_Terminator
Spanish_Cyborg
Nuestro_Ministro_de_Economía

domingo, 6 de noviembre de 2011

¿Comunidades históricas?

Suele llevar a error el uso de la palabra "histórico" o "histórica" como adjetivo, pues se relaciona directamente con el sustantivo propio "Historia" aunque esté más relacionado con el sustantivo común "historia". Esta se refiere a una narración de acontecimientos reales o ficticios, mientras que aquella resulta ser la disciplina que estudia los acontecimientos pasados de la humanidad, relativos a los pueblos del mundo, y que afectan a todas sus actividades como seres humanos.

Escucho una y otra vez la expresión "Comunidades Históricas", y me suelo preguntar si se conoce realmente su significado, o si el oyente se deja llevar por el adjetivo que se insinúa hacia el sustantivo propio que se le pretende dar, obviando de forma lamentable lo que la Historia, en mayúsculas, auspiciadas por reconocidos o no tan reconocidos investigadores, nos han hecho llegar con su trabajo, y con un intento enmascarador de la realidad pasada por la consecución de unos objetivos políticos legítimos, pero no siempre excusables, y en cualquier caso, nunca solidarios.

Porque cuando se habla de Comunidades Históricas se suele caer en el error de que esas comunidades autónomas de este maltrecho país llamado España, son herederas de algún estado pre-establecido históricamente en el conjunto de la nación o grupo de naciones europeas, y que por tanto obtienen un mayor derecho a una auto-determinación especial sobre el resto de espacios afronterados de los territorios que las rodean, como un privilegio inequívoco e irrevocable al que no solo no deben renunciar, sino más bien con derecho a exigir.

Independientemente de la legalidad reconocida como histórica, por reivindicación en tiempo pasado y culturas específicas, y con ABSOLUTO derecho a requerirlas de forma pacífica y democrática, algunas de las las denominadas Comunidades Históricas NO TIENEN NINGÚN ANTECEDENTE como Estado Histórico, y por lo tanto no pueden basar sus exigencias en un pasado inexistente como tal, porque nunca existió.

En definitiva, muchas de las Comunidades Históricas de España no pueden basar sus exigencias independentistas planteando una existencia pasada como Estado independiente, porque sencillamente no existieron como tal. Y por casualidad, supongo yo, las regiones o comunidades que más lo reclaman, son precisamente las que NUNCA fueron Estado o reino independiente, y SIEMPRE fueron lo que yo denominaría Históricamente Comunidades. Es decir, el uso del adverbio, más que del adjetivo o del sustantivo, común o propio.

Repasando las denominadas Comunidades Históricas, por cierto, no todas iguales (observar por colores el mapa que antecede a esta entrada, y las de color más verde son supuestamente más Comunidades Históricas que las otras), la realidad histórica de ellas sería muy distinta:

Andalucía: Fue Estado Independiente entre el año 756 y el 1031, con el emirato y califato de Córdoba, y entre el año 1238 y 1492 con el reino nazarí de Granada. Tiene, por lo tanto antecedentes como estado propio.
Aragón: Entre 1035 y 1707 fue reino independiente, y en él se incluían zonas como Cataluña, Valencia, Baleares, Sur de Italia, y otros puntos tan lejanos como la propia Grecia. Tiene, por lo tanto, antecedentes como estado propio.

Baleares: Perteneció a muchos otros estados y reinos, como especialmente a Aragón. No tiene antecedentes como estado propio.

Canarias: Con una población desatomizada, en 1402 se incorpora al reino de Castilla. No tiene antecedentes como estado propio.

Cataluña: Perteneció como marquesado (Marca Hispánica) al Imperio Carolingio y luego fue Condado del Reino de Aragón. No tiene antecedentes como estado propio.

Galicia: Con antecedentes no muy claros, el reino de Gallaecia sobrevive entre el 1065 y 1230, año en el que se incorpora al reino de Castilla. Tiene, por lo tanto, antecedentes como estado propio.

País Vasco (Euskadi): Perteneció al Reino de Navarra, de Castilla-León y de los Francos. No tiene antecedentes como estado propio.

Valencia: Perteneció al reino de Aragón y al de Castilla. No tiene antecedentes como estado propio.

Como se ve, la mayoría no tiene antecedentes como estado como para poner esa excusa para exigir una posible independencia y conversión como estado. Y sin embargo, quedan fuera comunidades como:

Castilla, León, Navarra o Asturias resultan no ser Comunidades Históricas, cuando fueron estado-reinos independientes.

Lo que sí es cierto es que estos estados o reinos independientes representaban más a las posesiones feudales de sus señores que a los propios pueblos a los que se supone que representan, y los habitantes de estos territorios solo suponían brazos para trabajar, fieles para llenar iglesias, mezquitas, sinagogas y conventos, y carne de cañón que aumentar los números de unidades en las levas. Muy posiblemente ninguno de ellos ni siquiera sabría en qué lugar de este mundo se encontraba para sobrevivir.

Solo tras la Constitución de 1812 considero yo a este país nuestro como tal, pues sus individuos por fin se aferran a algo común. Los franceses hicieron la división más lógica, pero con fronteras permeables y admitiendo la diversidad.

 Un sentido común que se fue al traste cuando...

... y no volveremos a ver otra igual hasta 1931... Lo demás está tan cercano que da hasta miedo.