jueves, 6 de agosto de 2015

Y Grecia nos lo ha demostrado

Plaza Sintagma
Después de haber pasado unas semanas... ¡intensas semanas políticas, sin ninguna duda!... desde el inicio, y posterior fin, de la negociación entre el gobierno legítimo griego y los entes decisorios de Europa, es decir, los de siempre, al respecto de la situación económica y social del pueblo más antiguo y de riqueza cultural y política históricamente más rico de Europa, sobre su futuro, y por su posterior desenlace, técnico para unos, político para otros, y resolutorio y ejemplarizante para los más...

...después de aquello, digo...

... que me decido a volver a comentar sobre Grecia, en mi personal ventana al mundo, mi opinión al respecto, tras haber escuchado y leído atrocidades que me hacen reaccionar por lo injustas e incomprensibles, en muchos casos viniendo de donde vienen, sin más influencia que la simpleza presta a sus conclusiones. Y para lo cual quiero ser muy breve, por lo que me voy a centrar solo en una de esas simplezas.

Hay una pregunta en el aire que se suele formular, que no deja de ser lo suficientemente superficial.

La pregunta en cuestión suele ser parecida a: "¿De qué ha servido el referéndum montado por el gobierno griego, respecto a la negociación con "los de siempre" si al final el resultado ha sido peor que lo que en principio se planteaba?"

Las respuestas a esa pregunta podrían ser muy variadas, especialmente en el aspecto técnico y político de la situación, pero yo me voy a centrar en tres. Tres respuestas que no teníamos garantías de que fueran realidad en una Europa tan germanizada, pero que Grecia nos lo ha demostrado.

a) La dignidad de los pueblos. Todos tenemos derecho a levantar la cabeza con solvencia ante cualquier adversidad externa que pretenda someter nuestra comunidad, como lo hace la Troika, como lo hace Alemania con prepotencia. El pueblo griego ha salido a la calle a gritar por su dignidad, y así nos lo ha demostrado.

Manifestación del pueblo griego

b) El uso de la democracia más pura. Si Grecia fue hace 2.500 años la creadora de la Democracia, en mayúsculas, hoy nos ha recordado que aún sigue en vigor, siempre que el pueblo así lo requiera. El ejercicio del uso de un referéndum para conocer lo que la comunidad piensa es un acto que parece haberse olvidado en el resto de la Europa capitalista que nos hemos construido. Preguntar a las personas a las que gobiernas qué opinan sobre algún asunto que les afecta directamente es tan claro que lo habíamos obviado. Sin embargo, de su existencia Grecia nos ha demostrado.

Grecia vota NO a las imposiciones alemanas.

c) La falta de soberanía e independencia política es ahora más clara. Si alguien tenía alguna duda, el resultado del "asunto griego", desde su comienzo, con las alarmas de "los mercados" sonando a zafarrancho, hasta su conclusión, con un país entregado y humillado, pasando por los intentos de diálogo y negociación , la voz de los griegos en las urnas, los gritos en las calles, los llantos de las personas de "a pie"... Todo ha quedado claro: NADIE TIENE YA LA SOBERANÍA SOBRE SU PAÍS. La Troika, los entes financieros, los ricos, los alemanes y su nuevo Reich,... Después de esto, ya ha quedado claro, y ha sido Grecia quien nos lo ha demostrado. Ellos, los griegos, con su esfuerzo y lucha. Ya todos tenemos muy claro quiénes nos gobiernan.

"Nain de la china"
Para eso ha servido el referéndum en Grecia. Para eso y para algo más; para la esperanza. Para pensar que no está todo perdido. Para grabarnos en la mente esas caras de preocupación de los intocables mientras se sentían amenazados por la situación. Para creer en la fuerza del pueblo, de la gente, de las personas. Para anhelar la libertad con más fuerza. Para luchar por la igualdad de los pueblos, sean del norte, del sur, del este o del oeste. Para pensar que quizás la solución pase por la Alemanexit. Quizás desde el Mediterráneo tengamos las respuestas para nuestros problemas, antes que desde la Selva Negra o el Rhin.

No estaría de más que alguien se replanteara una nueva construcción desde los cimientos, en vez de renombrar puertas de entrada o salida, cambiando la orientación de la casa, porque la brisa del sur siempre fue bienvenida, incluso para los bárbaros del norte.

Grecia y el Mediterráneo

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