Còrdas, Cordes o Cordes-sur-ciel (Francia) |
Provincia: Tarn
Población: Cordes-sur-ciel
Fecha: 20180810
Casi siempre que hablamos de las "otras Córdobas" para diferenciarlas de la original, fundada hace casi 2.200 años por Marco Claudio Marcelo (sin contar el poblado anterior turdetano, también llamado así probablemente) al borde del río Baetis, hoy Guadalquivir, al sur de la actual España, en ese abanico multicolor y multicultural que es Andalucía, solemos pensar en esas más de tres decenas de villas, aldeas, ciudades, provincias o regiones que se reparten sobre todo por América, aunque también en Filipinas, y que en su mayoría fueron creadas y fundadas al albor del colonialismo que Castilla y Aragón desarrolló en estas tierras desde el conocido año de 1492.
Desde la más norteña, la Córdoba (o Cordova) que está desde 1790 en la costa de Alaska, donde los 45 grados de temperatura son negativos, y al sol; hasta la más populosa, la hermosa Córdoba argentina, con su millón y medio de almas, fundada en 1573 por un sevillano casado con una cordobesa; pasando por la mexicana Córdoba de Veracruz, una coqueta ciudad fundada en 1618; o la provincia, o departamento colombiano de Córdoba, cuya capital es Montería; y la más al este, la Córdoba filipina, en la isla de Cebú, sita en medio de ese maravilloso laberinto de islas que componen el país asiático.
Pero, ¿y si hubiera otra "réplica" de Córdoba, esta vez en el viejo continente, y además fundada 270 años antes del famoso encuentro con América en aquel 1492...?
Hablo del pueblo francés Cordes-sur-ciel, cuya traducción sería Córdoba en el Cielo, y que pertenece a la región Mediodía-Pirineos y distrito de Albi.
Entorno de Cordes-sur-ciel |
Cordes-sur-ciel se sitúa sobre la colina "puech" de Mordagne. |
Lugares donde se desarrolla la Cruzada Albigense (foto Wikipedia; SanchopanzaXXI) |
En este punto llegamos al año 1222, en el que el Conde Raimundo VI muere, heredando su hijo Raimundo VII, que se hará cargo de la gestión de los territorios recuperados y de los asuntos de la guerra. Una de sus preocupaciones es el reforzamiento de las infraestructuras defensivas y de protección de sus súbditos, y aquí surge la bastida de la que hablamos, y que el conde llamará Còrdas o Cordes, que en idioma occitano, como hemos comentado, quiere decir Córdoba.
Plano de la bastida de Cordes-sur-ciel |
Campos que rodean Cordes-sur-ciel |
Puerta del Reloj (siglo XIV) |
Puerta del Abulón (siglo XIII) |
Muralla de la Puerta de la Jane (siglo XIII) |
Torre de la Barbacana (siglo XIII) |
Plaza del Mercado (siglo XIV) |
La Iglesia Católica, a través de su Papa Honorio III, entra en ira descomunal por nuestro Raimundo VII al verle de nuevo Conde de Toulouse, Marqués de Provenza y Duque de Narvona, así que lo excomulga en 1225, y arenga al Rey francés para que lo persiga a sangre y fuego, cosa que logra tras vencerle en 1229, bajo el papado de Gregorio IX, haciéndole firmar el Tratado de Meaux, y finalizando así la Cruzada contra los cátaros. Estos, sin embargo, siguieron fieles a sus creencias escondiéndose en bosques o reuniéndose clandestinamente pero, perseguidos por la Inquisición, fueron perdiendo adeptos y a mediados del siglo XIV ya se dio por extinguida la doctrina.
Cordes, por aquel tiempo, seguía siendo un pueblo próspero, al encontrarse en un cruce de caminos desde su fundación, y cerca de la importante ciudad de Albi, hoy Patrimonio de la Humanidad, y algunos pudieron levantar en la población casas con un carácter más aristocrático, y del nuevo gusto gótico de la época, con arcos ojivales.
Casa del Grand Veneur (siglo XIV) |
Casa Grand Fauconnier (siglo XIV) |
Iglesia de Saint Michel (siglos XIII al XV) |
En la década de los años 80 del siglo XX el pueblo comenzó a llenarse de bohemios y artesanos, que se vinieron buscando la soledad y la inspiración del artista en un lugar recóndito y alejado de los bullicios de la vida del consumismo y las prisas, y abrieron sus casas-tienda por sus calles, emulando a sus antecesores, y hoy en día aún se mantienen, imprimiendo un carácter muy específico y un ambiente distinto al resto de ciudades turísticas.
Fueron ellos los que probablemente notaron cómo aquella antigua bastida cátara y pueblo occitano, de fachadas de arenisca y gris, esa "villa de las cien ojivas" de calles empedradas, parecía flotar entre las nubes cuando poco a poco se levantan las nieblas de los meses frescos de la campiña. Por ese motivo comenzaron a apellidarle "sur-Ciel": "en el Cielo", algo que pasó de ser oficioso a ser oficial, cuando le cambiaron el nombre, quizás para diferenciarla de aquella de la que la separan más de 1.200 kilómetros...
En el año 2014 fue nombrado el pueblo más bonito de Francia, evento organizado en un programa de la televisión France TV.
Tengo entendido que existe un proyecto en la Córdoba andaluza para, una vez restaurada debidamente, convertir la Iglesia de San Rafael, del Asilo Madre de Dios, a las afueras de la Puerta de Baeza, en la Casa de las Córdobas, donde tendrían cabida todos esos lugares que en el mundo llevan ese nombre. No estaría de más plantearse la posibilidad de hacer un huequito para este pequeño y hermoso pueblo francés, cuyo conde fundador, Raimundo VII de Toulouse, decidió emular, de una manera u otra, a la original.
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